El sitio de internet Asia Times, con sede en Hong Kong, publicó el pasado 12 de junio una larga entrevista con Steve Bannon, ex estratega de la Casa Blanca y coordinador de la triunfante campaña de Donald Trump en 2016. La entrevista fue realizada por el vicedirector del sitio, David Goldman, un especialista en finanzas que ocasionalmente contribuye con artículos para el Wall Street Journal.
El mensaje principal de Bannon es el de que “el Partido Comunista Chino (PCC) tiene que ser derribado”, junto con el actual gobierno de Pequín, tratado por él de un gobierno de “pandilleros”. “China estará en el centro de la campaña electoral de Trump”, afirma . Destacó que la recta final de la campaña se moldeará de acuerdo con el “clásico globalismo de Joe Biden y de la facción de Wall Street del Partido demócrata contra el nacionalismo económico y el populismo de Trump”.
La sinofobía de Bannon es descabellada llegando al extremode afirmar que la muerte del vigilante negro George Floyd, asesinado brutalmente por un policía de Minneapolis, EEUU, hace semanas, “también fue causada por el PCC… Sabemos por la autopsia que tuvo covid-19, esto viene del PCC. Si salió de un laboratorio o si era parte de un programa de armas biológicas no viene al caso (sic). Floyd, dijo, que nunca tuvo acceso a un buen empleo en la industria, pero si tenía acceso a las drogas y al dinero falso”. “Todo eso viene, esencialmente, de Pequín”.
No tenemos que recalcar que el PCC es un tipo de obsesión de Bannon: “Ese enfrentamiento con el Partido Comunista Chino será el único aspecto definidor de 2020… Yo creo que el PCC es completamente ilegítimo. Creo que ellos son un grupo de pandilleros”. Lo que hicieron al pueblo chino, a los aigures, a los budistas tibetanos, a los cristianos, a la Iglesia Católica Subterránea, a (la secta) Falun Gong y al movimiento democrático es simplemente “horrible”, dijo, y exigió que se le “enfrente en todos los niveles por todos los gobiernos”. Él espera y alienta la formación de una alianza eficaz contra China que incluya a Japón, Corea del Sur, India, Singapur, Vietnam y Taiwán. Además apunta el hecho que los chinos han militarizado el mar del Sur de China mientras han concentrado 10 000 tropas de combate en la frontera con la India.
Interrogado sobre qué consejo daría a Trump, afirmó: “El PCC está en una ciber guerra informativa y en una guerra económica caliente contra Estados Unidos. Y ha estado así desde hace algún tiempo”. Sobre Hong Kong sostuvo una exageración superlativa: Hong Kong es la Austria de 1938, una situación particularmente volátil”.
Sugirió que Trump debería retirarse de los acuerdos comerciales y de cualquier cosa que permita cualquier tipo de comercio justo, “así como sancionar a las empresas que hacen negocios con el PCC en Hong Kong. Creo que debería sancionar a los bancos. Creo que debería hacer imposible al Partido Comunista Chino usar Hong Kong como mercado de capitales, lo que ha hecho desde hace muchas décadas”.
Para él, tales sanciones deben ser semejantes a las impuestas por Estados Unidos a Irán, pero mucho más severas:
Vamos a encarar los hechos, Irán, China y el PCC son socios… Irán, los mullahs, están negociando con el PCC. El PCC los mantiene fluctuando, con las compras de petróleo y los préstamos. Esto es lo que mantiene vivos a los mullahs. Tenemos que imponer sanciones secundarias reales, que sofoquen el sistema financiero… Mi recomendación: se le tienen que cortar al PCC todas avenidas de la tecnología occidental.
El consejo de Bannon al gobierno chino: ¡Disuélvanse!
El motivo citado por Bannon fue la conferencia Cinturón y Ruta del año pasado en Pequín, donde, según él, “el PCC tomó la decisión de separarse de Occidente en materia de tecnología. Ellos decidieron seguir sus propios patrones de tecnología, virtualmente, al mismo tiempo. Ellos hicieron que el viceprimer ministro, Liu He, le dijera al representante especial de Comercio de EEUU, Robert Lighthizer, que no podían firmar el acuerdo en el que Lighthizer había trabajado por 18 meses”. En lugar de eso, “todo el foco (del PCC) será hacerse de la masa terrestre euroasiática con sus socios Paquistán, Irán, Turquía y Rusia. Y, una vez que lo hayan hecho, al mismo tiempo, empujando a Occidente, empujando Estados Unidos, fuera de la masa terrestre euroasiática, en el Pacífico, por lo menos mil millas de vuelta a Guam… ellos comenzarán a concentrarse en Europa, África subsahariana y el Hemisferio occidental”. Para rematar asevera que China tomó la decisión de convertirse en un hegemón en Asia y en todo el mundo.
Interrogado por Goldman qué consejo le daría al gobierno chino, Bannon respondió:
“Declaren inmediatamente que serán una institución democrática y una forma democrática de gobierno –una reforma agraria inmediata, una reforma de la propiedad personal. (…) “El pueblo chino está básicamente bajo la última dictadura del siglo 20. Y las elites globales mundiales son las únicas que han sido sus socios de negocios…Es obvio que el Partido Comunista Chino está en guerra con su pueblo, en guerra con los Estados Unidos, así como conocemos una guerra irrestricta…Su visión de la guerra es muy sofisticada. Tiene que ver con acuerdos de información y ciber- acuerdos y economía y cinética. Están conduciendo una caliente guerra informativa: y una guerra económica. No pienso que Asía pueda ser libre, hasta que hayamos conseguido un cambio de régimen en Beijing. ” Yo soy un defensor absoluto de esto.
Bannon está convencido de que la siguiente campaña presidencial estadounidense será vencida por “quien convenza al pueblo estadounidense de que puede enfrentar al PCC ahora e interrumpir sus actos”.
Ya fuera del gobierno, Bannon admite, “actualmente, 120 por ciento de mi tiempo los gasto en derribar el PCC con el Comité sobre el peligro presente: China” (ver nota siguiente sobre el Comité –N. de E.)-
La razón de su interese en China es abiertamente geopolítica:
“Ellos adoptaron las tres teorías geopolíticas del siglo XX y son la única nación del mundo que intenta hacer todo al mismo tiempo. Están haciendo el control de (Halford) MacKinder, la masa terrestre euroasiática, el Cinturón y Ruta. Están adoptando la estrategia naval de (Alfred Thayer) Mahan, que la Marina Real, el Imperio Británico y los estadounidenses heredaron, cortando, pegando todo, tratando de obtener el dominio de todos los puntos de estrangulamiento navales de todo el mundo. Están haciendo la estrategia de las Tierras marginales (o Romland, de Nicholas John Spykman –N. de E.), para forzar a Occidente, para forzar a las democracias, millares de kilómetros fuera de las Tierras marginales de Asia. Son verdaderamente un imperio del mal, así como los nazis, así como los fascistas, así como los soviéticos… Tienen una dictadura totalitaria. Ellos no piensan para nada en el pueblo chino”.
La red esotérica extremista de Bannon
Bannon tiene una extensa red de aliados, agrupados en torno de europeos “tradicionalistas” que comparten con él una extraña mezcla de filosofías, visiones gnósticas y ocultistas.
En Brasil, por ejemplo, Bannon es muy cercano a Olavo de Carvalho, un asesor del presidente Jair Bolsonaro, quien ahora vive en el estado norteamericano de Virginia, y se dedica a denunciar el “marxismo cultural” en su país natal.
El año pasado Bannon estuvo en varias reuniones durante la campaña electoral del Parlamento europeo, jactándose de sus buenas relaciones con populistas europeos como el italiano Matteo Salvini (Liga), la francesa Marine Le Pen (Frente Nacional) y el partido alemán AfD (Alternativa para Alemania).
Uno de los colaboradores cercanos a Bannon, el eurodiputado británico Benjamin Harnwell, presidente del Instituto Dignitatis Humanae, del ala conservadora de la Iglesia Católica, recuperó judicialmente en mayo pasado el derecho de utilización de una antigua abadía benedictina que había arrendado del Ministerio de Asuntos Culturales italiano, para crear una “Academia de defensa de los valores judeocristianos” destinada a educar jóvenes líderes, entre otros asuntos infundirles las ideas y las propuestas de Bannon.
El 19 de junio, el European Conservative Journal publicó un artículo de Jonathan Von Maren, director de comunicaciones del Centro Canadiense para la Reforma Bioética, en el que defiende la “filosofía marginal de Bannon. Von Maren finca su análisis en el libro War for Eternity –InsideBannon’s Far Right Circle of Global Power Brokers (Guerra por la eternidad: dentro del círculo de personalidades internacionales de la extrema derecha de Bannon), de Benjamin Teitelbaum, un profesor estadounidense de etnomusicología y estudioso de la música nórdica, publicado este año por la editorial Harper Collins.
Van Maren retrata a Bannon como un Rasputín, que tanto “repugna como fascina por su insistencia en hablar en términos simbólicos y frecuentemente apocalípticos”. Según Van Maren, Teitelbaum sugiere que las opiniones de Bannon son “mucho más extrañas que las que la mayoría de la gente se imagina”. Lo considera un estudioso del “Tradicionalismo”, concebido como “un terreno común entre un grupo heterogéneo de autodenominados filósofos, excéntricos de extrema derecha y operativos (de espionaje) de todo el mundo”.
La filosofía compartida por ellos se vincula a una colección de ideas de ocultistas y esotéricos como el filósofo francés René Guénon (1886-1951) y el intelectual fascista y tradicionalista radical italiano Julius Evola (1898-1974). Todos esos “tradicionalistas” (que también reflejan elementos marginales de la extrema derecha nórdica) ansían la “desaparición de la modernidad corrupta y esperan el retorno de una nueva edad de oro. Admiten que esto puede exigir una cantidad enorme de destrucción en el presente”.
En términos de los allegados a Bannon, reales o supuestos, Teitelbaum describe una reunión de ocho horas que tuvo con el científico ruso Aleksandr Dugin, autor de varios libros sobre geopolítica y de lo que llama la “cuarta teoría política” (inclusive en una coautoría con Olavo de Carvalho). En la conversación, que terminó de forma infructífera, Bannon trató de convencer a Dugin de que Estados Unidos y Rusia deberían alinearse contra China comunista.
Teitelbaum también observa la cercanía de Bannon con Carvalho: Carvalho es considerado una figura extraordinariamente importante en el círculo interno del presidente Jair Bolsonaro, y muchos creen que él es la fuerza motriz detrás de gran parte de la ideología de Bolsonaro. Bannon y Carvalho creen que Brasil pertenece a la alianza de las naciones cristianas occidentales y no a una con China. “Es sabido que Carvalho proporcionó contactos a Bolsonaro en Estados Unidos.
En el libro Teitelbaum afirma: “El tradicionalismo se sobrepone a los planes políticos populistas de los que Dugin, Bannon y Carvalho participan: el desprecio de las instituciones académicas, de la prensa y de la política; política externa aislacionista; rechazo del libre comercio y de las fronteras abiertas; ansia de revuelta, además de conservadurismo social”. De acuerdo con Von Marten, Teitelbaum dice que “en EEUU algunos dicen que Bannon es ‘un don nadie metido a importante’, mientras que otros lo ven como el ‘maestro de las marionetas’”.
Qué es el CPD: China
MSIa Informa, 3 de julio de 2020.-El Committee on the Present Danger: China, (Comité sobre el peligro presente: China) es la cuarta encarnación de un grupo de presión de política exterior integrada por pesos pesados de varios sectores del “estabishment” estadounidense. Desde el inicio, sus participantes se agruparon para influir al gobierno, siempre de acuerdo con los intereses corporativos del denominado “complejo de seguridad nacional” estadounidense, nacido en la postguerra, cuya inclinación ideológica es muy cercana a la de la facción “neoconservadora”.
Las dos primeras versiones, fueron muy activas en las décadas de 1950s y 1970s, teniendo como objetivos primarios la “contención” de la hoy extinta Unión Soviética. El tercero, fundado en 2004, se dedicaba a promover la “guerra al terror” declarada por el presidente George W. Busch. El actual fue fundado en marzo de 2019, con China como su blanco principal. Entre sus miembros destacan, además de Steve Bannon y el entrevistador David Goldman, el ideólogo neoconservador Norman Podhoretz (ex integrante del tercer CPD), Frank Gaffney, ideólogo contra el Islam y fundador del Center for Security Policy, el ex director de la CIA James Woosley y otros de igual calibre. El grupo cuenta con el financiamiento del, American Enterprise Institute, la Heritage Foundation, el American-Israel Public Affairs Committee (AIPAC) y la Boeing Company.
*MSIa Informa